En Dolakha, región de Nepal, la Federación Internacional, la Cruz Roja Nepalesa y la Cruz Roja Suiza enseñan a albañiles y constructores del lugar técnicas mejoradas de construcción antisísmica. Estos conocimientos son esenciales para ayudar a la gente a reconstruir sus casas utilizando mano de obra y materiales locales gracias a las donaciones en efectivo. Fotografía: Carlo Heathcote/Federación Internacional

Apoyarse en un mercado sólido

Mientras las donaciones en efectivo ayudan a las familias nepalíes a recuperarse del terremoto de abril de 2015, un mercado dinámico de bienes y servicios proporciona una base para la recuperación.

Francis Markus

Escritor, periodista y comunicador radicado en Katmandú (Nepal).

En las alfombradas colinas de color verde con vista al río Koshi Sol, a unas cuatro horas en coche al sureste de Katmandú, la capital de Nepal, Pabitra Bhujel posa su mirada en los obreros que empiezan a echar los cimientos de su nueva casa.

Para esta viuda con tres hijos, la vida que ha compartido con ellos y su suegra desde el seísmo en abril de 2015 en un alojamiento improvisado con techo de metal no ha sido nada fácil: frío en invierno, calor abrasador en verano, y “el incesante tamborileo de la lluvia en el tejado que no nos deja dormir durante la noche”.

Las obras en la nueva casa de Bhujel comenzaron casi inmediatamente después de que ella y cinco vecinos recibieron cada uno 50.000 rupias nepalíes (460 dólares), el primer tramo de una donación en efectivo realizada por el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que les permitirá construir los cimientos antisísmicos.

Estas personas recibirán más entregas de dinero para las paredes y el techo, que se harán según las normas y directivas nacionales, para poder completar así la estructura de las viviendas.

Estas donaciones son el último de una serie de programas de transferencias monetarias puestos en marcha por el Movimiento en este país desde el terremoto de abril de 2015 y sus réplicas. La catástrofe dejó un saldo de casi 9.000 muertos, unas 600.000 casas destruidas y otras 285.000 dañadas.

Desde el principio, la asistencia en efectivo ha sido fundamental en la intervención global del Movimiento en Nepal, junto con el suministro de alimentos, agua y saneamiento, salud y artículos de primera necesidad. Apenas unos meses después del terremoto, más de 41.000 familias recibieron donaciones en efectivo incondicionales para comprar materiales de construcción que se necesitaban con urgencia. Gracias a otros pagos, realizados en diciembre de 2015 y enero de 2016, unas 50.000 familias pudieron comprar ropa de invierno y mantas. Algunas de las familias de agricultores más vulnerables también recibieron donaciones para comprar aperos y semillas y poder restablecer así sus medios de vida.

La donación de dinero en efectivo incondicional en situaciones de emergencia se vuelve cada vez más común y la experiencia de Nepal ha demostrado que cuando los mercados locales siguen funcionando, la asistencia en efectivo puede proporcionar una manera rápida y eficaz de obtener ayuda directamente para las personas necesitadas en momentos en que la distribución de suministros es costosa y difícil, sobre todo en las zonas remotas y montañosas, debido a las perturbaciones y daños sufridos por la infraestructura básica.

“A diferencia de muchos otros países `{`después de un desastre`}`, los mercados en Nepal no colapsaron”.

Umesh Dhakal, jefe de la operación de intervención a raíz del terremoto de la Cruz Roja de Nepal, haciendo notar, sin embargo, que después del desastre se produjo una escasez inmediata de productos tales como tiendas de campaña y lonas.

El mercado sobrevivió

Al mismo tiempo que comienzan a prestar asistencia en efectivo para que la gente pueda reconstruir sus hogares de manera más resistente a los terremotos, la Cruz Roja de Nepal y sus asociados del Movimiento siguen de cerca los mercados locales de materiales y mano de obra a fin de velar por que el trabajo se haga en forma correcta. Afortunadamente, esos mercados, que han sido un activo fundamental en la recuperación del país, continúan funcionando bien a pesar de la escasez de algunos productos importantes.

“A diferencia de muchos otros países [después de un desastre], los mercados en Nepal no colapsaron”, señala Umesh Dhakal, jefe de la operación de intervención a raíz del terremoto de la Cruz Roja de Nepal, haciendo notar, sin embargo, que después del desastre se produjo una escasez inmediata de productos tales como tiendas de campaña y lonas.

“Incluso la gente rica con sus mansiones y su flotilla de coches estaba en la calle en ese momento; no había diferencia entre ricos y los pobres”, ya que todos querían comprar los productos que había a disposición.

Esto no quiere decir que los mercados no estuvieran pasando dificultades. Al desastre natural se sumaron tensiones políticas para complicar la situación de los sobrevivientes pues el descontento que suscitó la propuesta de nueva constitución de Nepal provocó un bloqueo de la frontera con la India, que es vital para el país. Reduciendo el flujo de mercancías y aumentando el precio del combustible y otros bienes vitales, “el bloqueo causó un enorme efecto en los mercados”, dice Max Santner, jefe de la oficina de la Federación Internacional en el país.

En esas situaciones, los trabajadores humanitarios también deben prestar atención a las consecuencias que pueda tener una asistencia en efectivo en las economías locales. ¿Aumentará la demanda de determinados bienes y, por lo tanto, provocará un alza de precios? Santner piensa que los aportes de efectivo de la Federación Internacional, aunque son muy importantes para las familias, no han contribuido significativamente a una inflación si se les compara con otras fuerzas del mercado mucho más grandes.

El seguimiento realizado después de la distribución de donaciones en efectivo de invierno mostró que el 95% de los encuestados aseguró que los precios habían aumentado desde la asistencia en efectivo. Sin embargo, esto no es sorprendente teniendo en cuenta el aumento de precios de los combustibles a raíz del bloqueo, que vino a rematar la historia de inflación constante en los últimos años.

Además, según Jordane Hesse, delegado de la Federación Internacional, un examen minucioso de las tendencias de los precios en los mercados locales reveló que el panorama era más complejo. “Durante la operación, [las secciones de la Cruz Roja] estuvieron pendientes de los precios de determinados artículos como mantas, chaquetas de invierno, arroz y azúcar. En realidad, los precios variaban según el lugar”, explica.

Es importante seguir la evolución de los precios para poder entender el efecto que las transferencias monetarias tienen —o no— en las economías locales. Otro aspecto esencial es comprender qué significa la asistencia en efectivo para cada familia. Para Anita Ghimire, investigadora nepalí que estudia cuestiones relativas a la protección social, las donaciones en efectivo liberan recursos que las personas pueden dedicar a satisfacer necesidades relacionadas con los medios de vida a más largo plazo.

Después del terremoto, señala la investigadora, lo primero en el orden de prioridad, después de los socorros básicos (por ejemplo, víveres, ropa y medicamentos) fue invertir en la reconstrucción de la infraestructura, como viviendas y cobertizos para el ganado. Sin las donaciones en efectivo, la tendencia a invertir en actividades estratégicas a largo plazo relacionadas con los medios de vida habría sido muy inferior y los mercados locales se habrían visto más afectados.

Una base más resistente y segura

Asimismo, es fundamental comprender la dinámica más general del mercado —el marco normativo, la disponibilidad de mano de obra y la calidad y cantidad de materiales esenciales, entre otros factores— sobre todo al abordar problemas más complejos relativos a la reconstrucción de viviendas en un país propenso a los terremotos.

Después de un desastre que puso al desnudo muchos de los problemas y disparidades de las viviendas en Nepal, el lema “reconstruir mejor” a menudo invocado por el Global Shelter Cluster, cobra especial importancia. Ante la magnitud de los esfuerzos de reconstrucción y la escasez relativa de mano de obra, la idea de “reconstruir mejor” es una de las razones por las que los componentes del Movimiento capacitaron a unos 4.000 albañiles y contrataron a más de 40 ingenieros con experiencia o sin ella para que ayudaran en la tarea.

A medida que se vayan entregando las donaciones en efectivo, cada albañil trabajará con seis o siete obreros y habrá un ingeniero en cada una de las comunidades más afectadas para prestar asistencia técnica. La tarea de los ingenieros será delicada pues deberán asegurarse de que los jefes de familia entiendan lo que está en juego y ayudar a promover el apoyo a la construcción antisísmica, a pesar de que las inspecciones finales (y las recomendaciones de nuevas entregas en efectivo) serán realizadas por funcionarios públicos del lugar.

Sin embargo, hacer las cosas bien no es solo una tarea técnica. Los ingenieros de la Cruz Roja también recibieron una formación de la Cruz Roja Nepalesa en materia de participación y movilización de la comunidad a fin de explicar mejor la necesidad de incurrir en determinados gastos. “Se trata tanto de ingeniería social como civil”, dice Laxman Chhetry, coordinador y asesor principal en construcción de la Federación Internacional en Nepal.

Graham Saunders, jefe del equipo encargado de redes mundiales y prácticas operativas del Departamento de Prevención de Desastres y Crisis, Intervención y Recuperación de la Federación Internacional (Ginebra) abunda en ese sentido: “La actitud abierta y la comprensión importan tanto como los aspectos técnicos. Los propietarios deben comprender por qué la seguridad es importante; por qué, por ejemplo, el dinero debe invertirse bajo la tierra [los cimientos], una parte absolutamente esencial de la construcción antisísmica, pero que no se ve”.

Dinero en efectivo para viviendas

Las 3 fases de la reconstrucción

50.000 rupias nepalíes (460 dólares) para el techo
Se proporcionarán cuando se hayan construido los cimientos y las paredes, de conformidad con los códigos de construcción y las directrices antisísmicas del gobierno.

80.000 rupias nepalíes (748 dólares) para las paredes
Se proporcionarán cuando se hayan construido los cimientos, de conformidad con los códigos de construcción y las directrices antisísmicas del gobierno.

70.000 rupias nepalíes (645 dólares) para los cimientos

Las transferencias monetarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja representan solo una parte de las más de 500.000 viviendas que necesitan ser reconstruidas. El resto de la financiación correrá a cargo del gobierno y otros actores.

Dificultades técnicas

Saunders también ha trabajado como enlace de la Federación Internacional con el Global Shelter Cluster, cuya presidencia comparte la Federación Internacional y que recientemente publicó un documento de posición sobre la asistencia en efectivo y los mercados en el sector del alojamiento provisional y de emergencia. El documento explica por qué existe todavía poca aceptación de las donaciones en efectivo incondicionales en este sector.

Según este documento, la utilización de las donaciones incondicionales brinda efectivamente oportunidades para llevar a cabo determinadas actividades en materia de alojamiento provisional y de emergencia, tales como el suministro de artículos no alimentarios de emergencia, herramientas y materiales básicos. Sin embargo —prosigue el documento— en el sector del alojamiento provisional y de emergencia se ve con preocupación el hecho de que por el gran entusiasmo que hay por los programas de transferencia monetaria, en particular las donaciones incondicionales en múltiples sectores, no se tenga en cuenta algunos detalles, complejidades y dificultades técnicas de construcción.

En otras palabras, dice Saunders, “reconstruir de forma segura” requiere aptitudes, experiencia, conocimiento y materiales en una zona propensa a los terremotos, es decir, es una propuesta mucho más compleja que donar dinero para comprar alimentos. “En el ámbito del alojamiento provisional y de emergencia y la construcción, se ven los riesgos que pueden correr las personas si simplemente se les da 1.000 dólares”, explica.

Además, los desastres naturales y otras crisis a menudo conllevan efectos secundarios inesperados que pueden complicar una tarea ya difícil. Después del terremoto, por ejemplo, el número de nepalíes que trabajan en el extranjero, y que representan aproximadamente una cuarta parte del producto interno bruto del país, aumentó significativamente. Encontrar a los ingenieros y trabajadores necesarios para reconstruir cientos de miles de viviendas será una tarea de enormes proporciones para los numerosos grupos de ayuda, constructores privados y organismos gubernamentales que participan en el esfuerzo de reconstrucción.

Y luego está la cuestión de la producción de energía. La ONG Practical Action analizó los mercados de diversos materiales de construcción y se dio cuenta de que la escasez crónica de energía en Nepal “podría tener un efecto significativo en la capacidad de producción de cemento, varillas y hierro corrugado”, según Rabindra Singh, responsable de proyectos. “Muchos fabricantes empezaron a comprar generadores de alta capacidad, pero esto, por supuesto, elevará los costos”.

Dada esta dinámica, habrá que seguir de cerca las repercusiones que irán teniendo los desembolsos de efectivo para el sector de la vivienda. La Cruz Roja Nepalesa opina que la experiencia con estos programas de asistencia en efectivo ha demostrado hasta el momento que es una intervención sólida que ofrece la flexibilidad necesaria para adaptarse a un contexto cambiante y diverso. Es indispensable seguir vigilando los mercados, mantenerse en contacto con los beneficiarios y supervisar los procesos de construcción para ir ajustando así las cantidades de dinero o ayuda en especie. Tal como señala Umesh Dhakal de la Cruz Roja Nepalesa: “Tenemos que encontrar el justo equilibrio“.

«Quiero construir una casa que sea sólida», dice el carpintero nepalés Jhamka Bahadur Sarki, mientras observa a un grupo de obreros que echan los cimientos de su nueva vivienda. El trabajo se financia gracias a un programa de donaciones en efectivo administrado por la Cruz Roja Nepalesa y la Federación Internacional. Fotografía: Francis Markus/CICR

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