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El río da, pero también quita

Las inundaciones en Rangpur (Bangladesh) son un riesgo permanente en la vida de las comunidades que viven de la pesca a pequeña escala. Tras la destrucción causada por la temporada de monzones de 2019, los habitantes de esta zona empezaron de cero y siguen esforzándose por reconstruir sus medios de subsistencia.

Shahjalal Miah y su familia viven en Rangpur, un distrito que se extiende en torno a la intersección de cinco grandes ríos en el norte de Bangladesh. El hecho de llamar hogar a una vasta llanura aluvial denota el gran respeto que tienen sus habitantes por la forma en que la naturaleza influye en su vida cotidiana, su economía y su futuro.

Por mucho bien que traigan estas aguas, Shahjalal Miah y su familia no dejan de verse afectados por las inundaciones y la erosión del río, siempre presentes durante los meses de verano. «En 2020, las inundaciones arrasaron nuevamente toda nuestra aldea”, dice Miah, que vive con su familia en Colkond Char, a lo largo del río Teesta, en la zona de Gangachara (Rangpur) en el norte de Bangladesh. Cada vez que ocurren estas catástrofes, casas y medios de subsistencia se ven amenazados, haciendo que muchas familias corran el riesgo de perder todo lo que poseen.

Quedarse sin techo es una experiencia devastadora y proponer soluciones de alojamiento provisional y de emergencia es una prioridad absoluta tras una tormenta. En el marco del plan de emergencia para la temporada de monzones de 2019, la Media Luna Roja de Bangladesh distribuyó rápidamente alojamientos provisionales ­como tiendas de campaña­ a las familias damnificadas.

Shahjalal Miah y su familia fueron uno de esos beneficiarios y la tienda de campaña que recibieron les permitió sobrevivir tras la destrucción de su casa por las crecidas. Además, la Media Luna Roja de Bangladesh le ayudó a desarrollar otras formas de ganarse la vida para salir adelante.

Hoy en día, ha recorrido un largo camino. Vive en su casa recién construida con su mujer y sus nietos y ha podido mantener a su familia pese a las dificultades diarias. Muy en el fondo, Shahjalal Miah sigue viendo con temor el futuro de sus nietos y los riesgos que plantea la temporada de monzones cada año.

Shahjalal Miah, de 50 años, contempla el río Teesta con su nieto en brazos. La pesca es una de las principales fuentes de ingresos en las zonas propensas a las inundaciones como Colkond Char. Sabe que está mirando su sustento y el futuro de sus seres más queridos. En las aguas del río se refleja el sueño de asegurar el futuro de su nieto.

La importancia del río para la existencia de toda la familia es una lección que Shahjalal Miah intenta transmitir a las generaciones siguientes mientras observa a su nieto Azad y su padre Jahangir Alom. A los habitantes de esta zona les cuesta obtener una pesca abundante desde el último ciclón en 2019. Los pescadores apenas ganan 100 takas (1 dólar) al día después de guardar parte de la pesca para la familia.

Echar las redes al agua no es garantía de pesca para los habitantes de esta comunidad. En esta foto, el padre de Shahjalal, Jahangir Alom, solo capturó unos pocos peces pequeños.

Varios habitantes también trabajan como obreros y otros como conductores de rickshaws, pero es casi imposible encontrar otras fuentes de ingresos en esta región. Sin embargo, todas las familias tienen al menos una red de pesca y, en su mayoría, consiguen pescar peces pequeños en la orilla del río.

Tras la temporada de monzones de 2019, cuando Shahjalal y su familia perdieron casi todo lo que tenían, no tuvieron más remedio que empezar de cero. Al igual que muchos de sus vecinos, dependían de la ayuda de otros para sobrevivir a la destrucción.

Inmediatamente después de las inundaciones, la Media Luna Roja de Bangladesh proporcionó principalmente alojamientos provisionales más seguros, suministros básicos, alimentos y agua a las familias que no tenían otra alternativa. Sentado con su esposa en su nuevo hogar, Shahjalal Miah recuerda lo importante que fue esa pequeña tienda de campaña y no sabe lo que hubiera ocurrido a su familia sin esa ayuda.

La prosperidad alimentaria en la aldea de Shahjalal está estrechamente relacionada con el clima fluctuante y la propensión geográfica a las catástrofes. A veces, pequeñas cantidades de arroz, papas, aceite y pimientos pueden ser los únicos alimentos que las familias pueden comprar. Las opciones de trabajo también son muy escasas en la región, lo que reduce enormemente la posibilidad para los jefes de familia de generar ingresos.

Para ofrecer mejores opciones de alimentación y de ingresos, la Media Luna Roja de Bangladesh apoyó a familias como la de Shahjalal y les brindó la posibilidad de aprender otras formas de subsistencia. En esta foto se ve a Shahjalal ocuparse de su huerto, que no solo le permite alimentar a su familia, sino que también le ofrece otra fuente de ingresos, ya que puede vender las verduras en el mercado local.

Shahjalal Miah no se acobarda ante la adversidad y trata de pasar tiempo con su nieto.

«Pienso mucho en el futuro de nuestros nietos. Todos los años tenemos que afrontar las consecuencias de las inundaciones y cuando ocurren se llevan todo a su paso. Sobrevivir es una lucha diaria«.

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Esta historia fue producida y redactada por Rabbe Islam
– un talentoso y comprometido voluntario de la Media Luna Roja de Bangladesh

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