Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
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Dinero en efectivo, asistencia y capacitación profesional son elementos esenciales para salir adelante después de una inundación en Bangladesh
“Es la decimoquinta vez que tengo que dejar mi hogar a causa de una inundación», cuenta Fulchan Sadhu, de Tangail. Cada vez que las inundaciones arrasan su casa y sumergen el vecindario, Fulchan y su familia tienen que encontrar un nuevo lugar al que llamar hogar. Todos los años, millones de familias se enfrentan a esta amenaza en las zonas propensas a las inundaciones en Bangladesh.
Hace ocho años, Fulchan se mudó a la vivienda que ocupa hoy en una isla sedimentaria cerca del río Dhaleswari en Tangail, en el centro de Bangladesh. Desde entonces, ha tratado de adaptarse con su familia a este nuevo lugar. En 2019, una nueva inundación masiva le llevó casi todo lo que tenía, destruyendo su casa y la pequeña tienda de comestibles que poseía, su lugar de trabajo y su medio de subsistencia.
Millones de personas en Bangladesh han vivido experiencias similares a las de Fulchan y deben hacer frente a desastres relacionados con el clima. Joynab se ha visto en las mismas más de una vez a causa de las inundaciones.
Esta mujer de 77 años explica que ha pasado momentos muy duros pero ha logrado salir adelante. Su esposo murió hace muchos años y sus hijos viven lejos, y ya no le brindan ningún apoyo, ni emocional ni financiero. Joynab se las arregla para realizar sus quehaceres diarios a pesar de la discapacidad física que la aqueja. En su comunidad, no hay nadie que le preste alguna asistencia o la cuide.
«Después de que murió mi esposo, tuve que arreglármelas sola. Mis hijos no me apoyan. Cuando las inundaciones de 2019 destruyeron mi casa, no pude reconstruirla ya que no tenía ingresos y además tenía deudas. No tenía adónde ir y sufrí mucho durante las lluvias monzónicas y el mal tiempo”. Joynab
A Fulchan y a Joynab les cambió la suerte gracias al apoyo que le prestaron la Media Luna Roja de Bangladesh y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Para Fulchan fue una gran ayuda los 25.000 takas bangladesíes (300 dólares) que recibió para reconstruir su tienda y reabastecerla de mercadería. Fue un golpe duro ver su pequeña tienda de comestibles frente a su casa destruida por las inundaciones, dejándolo sin ingresos durante varios meses.
En un comienzo, Fulchan no tenía ni la más mínima idea de cómo iba a alimentar a su familia. Hoy, la vida va mejorando: su tienda prospera y sirve de lugar de encuentro para la comunidad. Ha instalado un juego de carrom (billar indio) y algunas sillas delante de la tienda y se ha vuelto un lugar muy frecuentado por los habitantes del pueblo. Fulchan es bastante conocido entre los miembros de su comunidad por su espiritualidad. Mucha gente se acerca para pasar un rato y conversar con él. Fulchan se siente feliz de ayudar a los demás y contribuir al bienestar de todos.
«Ahora vendo todo tipo de productos. Antes, era una tienda pequeña y solía tener una venta diaria de unos 25 dólares. Hoy vendo tres veces más que antes. ¡Mi familia está mucho mejor ahora!» Fulchan
Por la noche, Fulchan vende buñuelos caseros. Su esposa prepara y cocina gran parte de la comida: pica las verduras, las cebollas y el ají, prepara las cacerolas y coloca la leña. Sus buñuelos tienen gran éxito entre los aldeanos. Vende una buena cantidad todos los días, lo que le permite ganar dinero extra para ayudar a la familia con los gastos diarios.
Después de perder dos veces su casa debido al caudaloso río Jamuna en el centro de Bangladesh, Joynab vivía en chozas temporales hechas de paja y bambú. Necesitaba pues un alojamiento menos endeble para poder hacer frente a la lluvia y las tormentas.
Recientemente se mudó por fin a una nueva vivienda resistente a las inundaciones y dice sentir un gran alivio, ya que puede vivir con tranquilidad. «Estoy muy feliz con mi nueva casa. No tengo que preocuparme por la próxima inundación», comenta . La Media Luna Roja de Bangladesh y la Federación Internacional también ayudaron a Joynab con la instalación de un inodoro resistente a las inundaciones .
La vida de Joynab mejoró muchísimo. Gracias a una ayuda en efectivo de 25.000 takas (300 dólares), compró dos ovejas y una cabra, que no solo le proporcionan leche sino también seguridad.
Hace dos años, Joynab junto con su hogar perdió la esperanza, pero en los últimos meses la vida le ha sonreído. Joynab cuenta que ahora puede comer tres veces al día, algo totalmente impensable hace apenas un año. Lo más satisfactorio para ella es la sensación de seguridad que le da su nueva casa, el baño, y tener una fuente de ingresos.
Recuperarse de grandes desastres lleva años. La Media Luna Roja de Bangladesh y la Federación Internacional han trabajado en estrecha colaboración con dos comunidades en los distritos de Tangail y Sirajganj para ayudarlas a recuperarse a largo plazo después de que las inundaciones afectaran a sus habitantes en 2019.
Más de 610 familias recibieron asistencia en forma de casas resistentes a las inundaciones, inodoros, pozos entubados y ayudas en efectivo para que las personas puedan recuperar sus medios de subsistencia y sus ingresos. Fulchan, Joynab y otras familias han recibido semillas de hortalizas y plantines, además de otras ayudas para contribuir a la reconstrucción de las áreas devastadas por las inundaciones.
Voluntarios y expertos han estado colaborando para capacitar a miles de personas sobre la mejor manera de reducir los riesgos ante futuras inundaciones, proporcionar primeros auxilios, mejorar el saneamiento y la higiene, y manejar el ganado con objeto reducir las pérdidas en caso de un nuevo desastre. Fulchan y Joynab coinciden en que están felices de ser autosuficientes y se sienten mejor preparados para enfrentarse a una próxima inundación.
Tras la pandemia de covid-19, Rupali tuvo que buscar otras fuentes de ingresos para mantener a su familia y, gracias a una pequeña ayuda en efectivo, logró crear un floreciente negocio familiar.