Los patrones meteorológicos de El Niño son una de las razones por las que el distrito de Nsanje en el sur de Malawi sufrió fuertes inundaciones en la época de lluvias de 2014-2015 y luego una sequía extrema el año siguiente, lo que provocó una grave inseguridad alimentaria. Roster Kufandiko, responsable adjunto de la gestión de desastres de la Cruz Roja de Malawi, ha prestado asistencia a las personas afectadas por la pérdida de los cultivos. Para hacer frente a la crisis más amplia que golpea el sur de África, la Federación Internacional iniciará una importante iniciativa cuatrienal por valor de 110 millones de dólares con el fin de apoyar la acción de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de toda la región. Fotografía: Thea Rabe/Cruz Roja Noruega

Regresa el Superniño

A pesar de que provienen de continentes diferentes, las imágenes son extrañamente similares: un lago de Vietnam que suministraba agua a granjas y comunidades locales hoy está totalmente seco; un importante río de Colombia que alimentaba el comercio de la pesca ahora es un hilo rodeado de una cuenca de barro agrietado; un pozo sin agua en el sur de Malawi. Estos ejemplos son tan solo parte de los estragos que el fenómeno de El Niño ha causado en diversas partes del mundo en el período 2014-2016. Los patrones meteorológicos de El Niño, provocados cuando las aguas superficiales en las zonas tropicales del océano Pacífico sufren un calentamiento superior al promedio y ese calor sube a la atmósfera, en muchas zonas pasan inadvertidos o tienen efectos beneficiosos. Pero también pueden plantear problemas extremos cuando llueve demasiado o llueve demasiado poco. En Perú, El Niño ha causado fuertes lluvias e inundaciones. En Canadá, el fenómeno ayudó a propiciar las condiciones para los grandes incendios forestales. En muchas partes de África, en 2014-2016, ha provocado la pérdida masiva de las cosechas, muerte del ganado por falta de pastos y la inseguridad alimentaria, lo que ha afectado a más de 30 millones de personas. Las fotografías siguientes muestran las consecuencias de la corriente de El Niño, que muchos comparan con el Superniño de 1997-1998, en las comunidades de todo el mundo y lo que se está haciendo para ayudar a las personas a afrontarlas.

El Niño en cifras

1,75 millones: es el número de vietnamitas directamente afectados por las condiciones de sequía relacionadas con El Niño, que duran desde hace dos años.
10 millones: es el número estimado de personas en Etiopía que necesitan asistencia alimentaria debido a la sequía causada por El Niño.
49 millones: es el número de personas en el sur de África que, según se prevé, deberá luchar para conseguir una cantidad suficiente de alimentos hasta finales del año.
110 millones: es la cantidad en dólares que la Federación Internacional espera recaudar en el marco de una iniciativa cuatrienal destinada a ayudar a las Sociedades Nacionales del sur de África a afrontar las crisis relacionadas con el clima en la región.

Un pescador camina por la orilla del río Magdalena, el río más largo y más importante de Colombia, afectado hoy por una grave sequía. Fotografía: REUTERS/John Vizcaino

 

En la región costera del delta del Mekong en Viet Nam, El Niño ha convertido lo que un día fueron verdes arrozales y una red de canales y lagos en un paraje desértico, al mismo tiempo que la invasión del agua de mar ha provocado una contaminación cada vez más extensa de las tierras de cultivo en el delta. “La salinidad es cuatro veces superior a los promedios estacionales”, señala Phan Le Duy, vicepresidente del municipio Quoi Dien en el distrito de Thanh Phu (provincia de Ben Tre). Lagos como este de la provincia de Ninh Thuan se han secado casi totalmente. La sequía ha afectado gravemente a más de 1,75 millones de personas en 18 provincias. Fotografía: Giang Pham/Federación Internacional

 

Conocido como el cuenco de arroz de Viet Nam, el delta del Mekong representa más de la mitad de la producción de arroz y frutos del país. Sin embargo, en la región centrosur, se ha dejado de cultivar en alrededor del 45% del total de tierras agrícolas. En el delta del Mekong, hace varios meses que unos 300.000 hogares (un millón y medio de personas) no han tenido ningún ingreso. Aquí en la comuna de Phuoc Chien (provincia de Ninh Thuan), personal de la Cruz Roja de Viet Nam proporciona agua limpia para uso diario, así como ayudas en efectivo para que la gente pueda mantenerse hasta la próxima cosecha de septiembre. Fotografía: Pham Giang/Federación Internacional

 

En el distrito de Afar, en el norte de Etiopía, la gente ha estado esperando en vano que llueva, ya que la grave sequía ha arruinado tres cosechas consecutivas, en todo el país. Más de 10 millones de personas necesitan asistencia alimentaria. La sequía dificulta el acceso a los alimentos en Etiopía, donde hasta el 80% de la población depende de la agricultura para vivir. La situación en este país no ha sido tan catastrófica desde mediados de la década de 1980, cuando la hambruna mató a más de 400.000 personas. “La principal fuente de ingresos y los medios de subsistencia en Afar provienen del ganado, pero casi todas las vacas han muerto”, dice Marjo Leppänen, delegada de logística de la Federación Internacional en Etiopía. Fotografía: Tatu Blomqvist/Cruz Roja Finlandesa

 

En respuesta a la crisis, los voluntarios y el personal de la Cruz Roja Etíope han soportado temperaturas extremas y viajes largos y difíciles para poder ofrecer servicios de agua y saneamiento que tanto se necesitan, alimentos, apoyo a los medios de subsistencia y asistencia de salud, en particular para los niños malnutridos menores de cinco años y las mujeres embarazadas y lactantes. Fotografía: Tatu Blomqvist/Cruz Roja Finlandesa

 

En Somalilandia (Somalia), a este tipo de ciclones se les teme y son una señal de lluvia. Sin embargo, en estos días, han sido más frecuentes los ciclones que la lluvia, lo que ha obligado a la gente de la región de la frontera entre Etiopía y Somalia a desplazarse a las zonas costeras en busca de pastizales para el ganado. Fotografía: Tatu Blomqvist/Cruz Roja Finlandesa Regresa el Superniño

 

Estas personas recorrieron más de 300 kilómetros, pero no lograron encontrar comida para sus animales. Muchas familias perdieron la mayor parte o la totalidad de su ganado en el camino. En las afueras de Qulujeed, los voluntarios de la Cruz Roja Etíope proporcionaron agua y alimentos a la población, pero para muchos de los animales fue demasiado tarde. Fotografía: Tatu Blomqvist/Cruz Roja Finlandesa

 

En la región de Diffa (Níger), decenas de miles de refugiados y desplazados viven en condiciones muy precarias a causa de los enfrentamientos en la vecina Nigeria. A las comunidades locales, que ya sufren dificultades económicas debido a la sequía y la pérdida del comercio transfronterizo con Nigeria, les cuesta mucho salir adelante. La producción agrícola, concentrada alrededor del lago Chad, se ha desplomado, y miles de pastores nómadas están atrapados donde no hay suficientes tierras de pastoreo o agua para su ganado. La familia de Maina M’Bodo, de 60 años, poseía alrededor de un centenar de vacas que pastaban en las islas de la parte nigeriana del lago Chad, antes de que los enfrentamientos los obligara a desplazarse. “Los rebeldes nos atacaron y mataron a cinco miembros de mi familia, entre ellos uno de mis hijos” —cuenta—. “Se llevaron todo el ganado. Con el ganado se llevaron mi vida”. La familia de M’Bodo recibió material de construcción y ayuda alimentaria del CICR y cuando la familia llegó a Yebi, cerca de la frontera con Nigeria, el jefe del pueblo les dio un terreno para instalarse. “Vendo paja ahora y mis esposas se ganan la vida moliendo mijo para los habitantes”, añade. Fotografía: Sylvain Cherkaoui/Cosmos para el CICR

 

El agua es un recurso escaso para las miles de personas desplazadas y refugiadas que han huido de los combates en Nigeria. Para evitar las colas en los pozos, algunos aldeanos de Toumour sacan agua de un estanque donde se abrevaba el ganado. Para suministrar agua potable a un mayor número de personas, el CICR ha perforado nuevos pozos y también promueve el acceso al agua limpia en las zonas donde el agua es escasa, pero la población ha aumentado y eso puede provocar tensiones. En 2015, el CICR prestó asistencia alimentaria de emergencia a más de 200.000 personas (refugiados, desplazados y residentes locales). Fotografía: Sylvain Cherkaoui/Cosmos para el CICR

 

El apoyo del CICR al hospital regional de Diffa, en Níger, permite a los médicos llevar a cabo operaciones de urgencia evitando así que los pacientes tengan que viajar más de 1.000 kilómetros hasta Niamey, la capital. Aquí, un enfermero del CICR examina a un paciente, que recibe rehidratación intravenosa. Fotografía: Sylvain Cherkaoui/Cosmos para el CICR

 

La falta de acceso al agua limpia debido a la sequía o las inundaciones a menudo genera nuevas situaciones de emergencia que agravan las crisis. Fanuel Sadick, de 23 años, y Patrick, de 31 años, son voluntarios en el centro especializado en casos de cólera del distrito de Zomba (Malawi), donde la sequía, que sigue haciendo estragos, ha llevado a la gente a beber agua contaminada, lo que, a su vez, ha provocado un brote de cólera. Fotografía: Thea Rabe/Cruz Roja Noruega

 

En muchos lugares, El Niño se ha sumado a otras crisis. En abril de 2015, la población de Burundi comenzó a abandonar el país debido a la violencia que se produjo en el período preelectoral. Luego El Niño causó grandes inundaciones que destruyeron casas, escuelas, carreteras y puentes. La Cruz Roja de Burundi prestó primeros auxilios a los heridos e instaló dos campamentos para los damnificados, entre otras tareas. Fotografía: Cruz Roja de Burundi

 

El Niño repercute en cada ámbito de forma diferente. La mejor manera de saber si el fenómeno traerá o no mucha lluvia es prestar atención a las previsiones estacionales. En Perú, a fines de 2015, ante las previsiones estacionales y de corto plazo de fuertes lluvias, se adoptó una serie de medidas: purificación del agua, fumigación contra los mosquitos portadores de enfermedades, mejora del saneamiento y distribución de estuches de higiene a familias de numerosas comunidades. Con la ayuda de la Federación Internacional, la Cruz Roja Peruana organizó en Chiclayo un taller de formación y ejercicios prácticos sobre refugios de emergencia para los voluntarios y el personal. Fotografía: Cruz Roja Peruana

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