Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
Producción:
Malcolm Lucard
Edición:
Thibault Lauritzen
Para los musulmanes, el Ramadán es un mes para rezar juntos, compartir comidas y practicar la caridad. Con la llegada del COVID-19, el Ramadán en 2020 ha sido único. Algunas mezquitas han propuesto a los fieles oraciones virtuales o han invitado a la gente a rezar manteniendo entre sí una distancia física segura. Las comidas importantes como la suhoor (comida de la mañana antes del ayuno) y la iftar (comida con que se rompe el ayuno al final del día) se han efectuado con más cuidado debido a la pandemia.
Expertos en salud que participan en la lucha para detener el COVID-19 dicen que la costumbre tradicional del Ramadán, que consiste en hacer reuniones familiares y practicar la caridad —como cocinar comidas para los necesitados— ha planteado no pocos problemas. Pero en esta primera nota de Opiniones autorizadas de la revista Cruz Roja y Media Luna Roja, profesionales de la salud de varias partes del mundo musulmán afirman que los valores de reflexión y crecimiento personal del Ramadán también han ofrecido muchas oportunidades únicas.