“Solía sentarme solo”

Cuando en abril de 2015 los disturbios registrados en Burundi se extendieron a su provincia natal de Kirundo, Gérard y su hermano de 14 años salieron de su casa en medio de la noche porque temieron por su vida y siguieron a otras personas que se dirigían a Ruanda, según contó Gerard. Los dos hermanos llegaron a Bugesera en el sur de Ruanda, cerca de la frontera con Burundi, donde se separaron para tratar de encontrar una manera de sobrevivir. “Solía sentarme solo y me preguntaba si iba a poder encontrar a mis padres alguna vez”, dijo Gérard. Un año más tarde, Gérard y otros dos niños (Ernesto de 13 años y Eric de 12 años) se reunieron con sus padres, hermanos, hermanas y amigos con la ayuda de CICR.

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